Conspiración de
silencio
Enrique Vargas Peña
Un manto de silencio envuelve al Paraguay y sirve a la dictadura que
nos oprime para cercenar derechos del pueblo con impunidad.
La denuncia con la que Pepa Kostianovski y otros operadores del
régimen pretenden amedrentar a quienes se atreven a ejercer con libertad plena el
ejercicio del derecho a la libre expresión o a proporcionar a la opinión pública todos
los puntos de vista y no solamente los que permite Wasmosy, no fue informada al mundo por
ninguna agencia internacional de noticias, excepto AFP, ni por ninguna de las dos redes de
televisión de Estados Unidos para América Latina (CNN y CBS).
La fundación "Reporteros Sin Fronteras" tampoco registró
las detenciones de periodistas ordenadas por el régimen desde el 28 de marzo, como, desde
luego, no lo hicieron los directivos del Sindicato de Periodistas del Paraguay,
organización, dominada por oficialistas, que ha favorecido la censura y que, además, no
tiene empacho en silenciar hechos cuando afectan a opositores.
Tal vez la denuncia de Kostianovsky no fue publicada por los medios
señalados con el objeto de proteger a la denunciante, pues su acción expone algunas de
sus falencias. Pero, en realidad, después de tres años de observar cómo informan sobre
la realidad paraguaya creo que no la publicaron para no exponer la naturaleza autoritaria
del régimen paraguayo.
El manto de silencio que cubre la realidad paraguaya tiene un objetivo
claro: permitir a los burócratas que dirigen los asuntos exteriores de los países que
influyen en los asuntos paraguayos (Estados Unidos, Brasil, el Vaticano, Argentina, la
unión Europea), actuar sin el contralor de sus respectivas opiniones públicas.
Así pueden, como Timothy Towell, cobrar algún dinero a los sátrapas
paraguayos, además de sus salarios o jubilaciones locales.
Es un manto ordenado desde el Paraguay, lo cual es posible porque los
corresponsales de las agencias noticiosas internacionales son, casi todos, paraguayos,
afectados por las fuerzas que se mueven en el Paraguay.
Es un manto de silencio de la misma naturaleza del que permitió a
Stroessner permanecer en el poder sin molestias hasta que su tiranía ganó notoriedad por
longeva, llamando la atención de Jimmy Carter.
El mundo simplemente no sabía lo que ocurría en Paraguay y por eso los funcionarios
de los mayores países seguían traficando con Stroessner. Hoy, el mundo no sabe lo que
sucede en Paraguay, por eso Timothy Towell sigue cobrando y Peter Romero apoyando a este
régimen que tortura, roba y amedrenta a la prensa, cosa que no podría hacer si el pueblo
norteamericano lo supiera.