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Victoria oficial

Enrique Vargas Peña 

07 de mayo de 2001

         Nicanor Duarte Frutos, candidato de la coalición de marzo (wasmosistas, argañistas, liberales, encuentristas y católicos con apoyo norteamericano y brasileño), ha obtenido una gran victoria en las elecciones internas realizadas por la Asociación Nacional Republicana (ANR, partido Colorado), el pasado domingo.

         Con un porcentaje aún no precisado de ventaja sobre la Unión Nacional de Colorados Éticos (UNACE, oviedismo), la coalición de marzo ha recibido del pueblo una oportunidad para obrar correctamente en el marco de la Constitución y de las leyes que tantas veces ha pisoteado.

         Lo que importa en esta elección, como en todas, es lo que ha dicho el pueblo al apoyar a la coalición de marzo.

         En primer lugar está muy claro que el pueblo ha votado por la estabilidad. La ciudadanía no quiere aventuras que aumenten el peligro en que ya vive. El pueblo pretende que lo que se haga, se haga en el marco y con el cronograma previstos por la Constitución y las leyes.

         Una victoria del oviedismo hubiera implicado el riesgo de abrir un período inestable e imprevisible, justamente porque la coalición de marzo difícilmente hubiera tolerado tal triunfo, repitiendo lo que hizo entre el 7 de setiembre de 1997 y el 28 de marzo de 1999.

         Con la victoria de Nicanor Duarte Frutos la apuesta de la ciudadanía parece ser relanzar la transición a la democracia reconociendo que ya que la coalición de marzo tiene poder suficiente como para truncarla, es realista concederle formalmente la oportunidad de dirigirla hasta el 2003.

         El discurso de Duarte Frutos, muy crítico con la corrupción y los procedimientos de  un gobierno con el que sigue de alguna manera asociado, deja poco campo a las dudas.

         En segundo lugar, está también claro que el alto porcentaje obtenido por el oviedismo a pesar de dos años de proscripción de hecho es una advertencia acerca de que hay fuerzas de recambio para el caso de que Nicanor Duarte Frutos no haga bien la tarea que se le confía.

         El oviedismo puede estar satisfecho con sus resultados, pero se equivocaría si se duerme sobre sus laureles porque los guarismos demuestran que por alguna razón interna la UNACE, que fue la única fuerza de oposición al régimen inaugurado el 28 de marzo de 1999, no fue capaz de capitalizar mejor el enorme descontento de la sociedad con la desastrosa administración que preside Luis Ángel González Macchi.

Las elecciones internas de la Asociación Nacional Republicana han vuelto a confirmar, por último, la conservadora sensatez del pueblo paraguayo, su intuición llena de sentido común y practicidad, muy lejos del cretinismo que paradójicamente le imputan muchos de quienes ahora han triunfado.

         En la coalición de marzo se suele despreciar la capacidad de los paraguayos. Es de esperar que este triunfo que los ciudadanos le han otorgado permita que se aprecie mejor el juicio de la gente y que se aprenda a respetar la voluntad popular.     

 

    

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