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"Miedo a la libertad"

Enrique Vargas Peña

José Nicolás Morínigo es el más importante y serio sociólogo del régimen paraguayo y su opinión es considerada en los más altos círculos del poder en Asunción, principalmente en el entorno del ex presidente Juan Carlos Wasmosy.

El domingo 9, el diario ABC Color publicó, en su página 9, una entrevista realizada a Morínigo, en la que el sociólogo sintetiza las razones que se usan para justificar la restricción de la libertad de expresión y la dictadura instaurada el pasado 28 de marzo de 1999.

Las opiniones ahí expuestas por Morínigo no son nuevas y han sido profusamente difundidas por él mismo, al menos desde setiembre de 1997, en sus habituales columnas periodísticas en el diario Noticias, en comentarios que como invitado hace en Ultima Hora y en consultas que le hacen las radios Ñandutí, Uno y Cardinal y los canales 9, 13, 4 y 2.

Dice Morínigo que "en nuestro país todavía no estamos en condiciones de tomar como ineludibles los parámetros universales de la libertad de expresión por la existencia de sectores como el oviedismo que quieren poner término a la misma".

Hay dos elementos distintos en la anterior afirmación: primero, en el Paraguay no se está en condiciones de respetar la libertad de expresión; segundo, el oviedismo amenaza la libertad de expresión.

Sobre el punto primero hay que decir que la Constitución paraguaya de 1992 reconoce, consagra y establece que en el Paraguay sí se deben tomar como ineludibles los parámetros universales de la libertad de expresión (artículos 26, 27,28, 29, 30 y 31).

Si se observa la manera en que el régimen nacido el pasado 28 de marzo ha actuado contra la prensa crítica, apresando a periodistas, despidiéndolos, amedrentándolos con procesos judiciales inventados, la afirmación de un representante del régimen como Morínigo, que fue convencional constituyente, permite hacer ver la lógica explícita de la dictadura, que niega lo que la Constitución garantiza a los paraguayos.

Pero esto no es lo más grave. Lo más grave es que él, Morínigo, y el grupo al que representa, se arrogan, por sí y ante sí, la potestad de determinar cuáles parámetros de la libertad de expresión se toman y cuáles no, y cuándo se respetan y cuándo no, mostrando el estado de arbitrariedad a que está sometido el país.

Sobre el segundo punto hay que recordar algunos hechos, hechos, no hipótesis ni teorías, ni proyecciones, sino hechos: ningún periodista fue apresado o limitado en el ejercicio de su profesión durante el gobierno de Raúl Cubas.

Al contrario, el aparato propagandístico de Wasmosy alcanzó durante esos siete meses un grado de virulencia poco recordado en la historia paraguaya, con llamados abiertos al golpe militar y a la interrupción del sistema democrático por periodistas como Mina Feliciángeli, Benjamín Livieres y Víctor Benítez

Ningún medio fue hostigado, ninguna radio clausurada, ningún proceso fue iniciado contra periodistas por iniciativa del gobierno o de sus partidarios y los únicos procesos son los que impulsaron las fuerzas actualmente en el poder contra periodistas que las criticaban.

Esos hechos, incontrovertibles, pues para probarlos basta hojear el diario Noticias entre el 15 de agosto de 1998 y el 27 de marzo de 1999, tienen un sustento "teórico": nadie en el movimiento político del ex candidato presidencial colorado Lino Oviedo, ni en su plataforma electoral, había propuesto destruir, limitar o de cualquier manera menoscabar la libertad de expresión.

El contraste entre la fría confesión de Morínigo, acerca de la decisión que tienen de eludir "los parámetros universales de la libertad de expresión" y lo que hubo durante el gobierno de Raúl Cubas no puede ser mayor ni más radical. Morínigo miente, sencillamente, cuando afirma que hay que reprimir al oviedismo porque querría poner término a la libertad de prensa.

¿Por qué miente Morínigo?

Porque la mentira sobre Oviedo permitió enervar a la oligarquía y construir su dictadura.

Erich Fromm (1900-1980), uno de los más importantes sociólogos de los tiempos modernos, escribió en 1941 un breve ensayo que tituló "Escape from Freedom" y que se tradujo con el título "Miedo a la Libertad".

El miedo a la libertad es un estudio recurrente de la sociología. Ella ha logrado explicar de una manera satisfactoria algunos mecanismos sociales que conducen al fascismo.

Brevemente debe recordarse lo que sostienen los sociólogos: la angustia neurótica, que es un mecanismo de defensa que se produce a fin de evitar de antemano las amenazas de peligro, que pueden ser reales, puede producir lo que se denomina "angustia persecutoria".

Esta angustia persecutoria puede producir, a su vez, un "estado catártico" que puede impedir la toma de decisiones libres.

Es el miedo a la libertad.

En general, se considera que cuando un grupo social determinado llega a este estadio, se encuentra en situación de identificarse con una propuesta que supone capaz de enfrentar con éxito la amenaza que motiva su angustia.

La capacidad de generar esa angustia es un instrumento político formidable. Para generarla en la oligarquía paraguaya miente Morínigo y ha estado mintiendo durante todo este tiempo con el aparato propagandístico de Wasmosy (Ultima Hora, Noticias, El Día, El Popular, Canal 9, Canal 13, Canal 2, Canal 4, Radio Ñandutí, Radio Uno, Radio Cardinal y numerosos periodistas en todos los demás medios - expuestos, sin querer, en un ataque de furia, por Pepa Kostianovski -).

Neumann (+1954) estudió cinco "modelos" de generación deliberada de esa angustia, las "conspiraciones" jesuita, masónica, comunista, capitalista y judía, cada una de las cuales fue excusa, en su momento, para establecer algún tipo de régimen autoritario.

Aquí se usa, como se observa en los primeros párrafos de la entrevista a Morínigo, una "conspiración oviedista" que, como los modelos de Neumann, sirve para generar angustia al principio ("Oviedo y sus bárbaros se presentaron en la fiesta de ABC") y represión ahora.

José Nicolás Morínigo, que en el curso de la entrevista que motiva esta nota justificó la denuncia que contra algunos periodistas realizó Kostianovski, no puede alegar inocencia en este montaje pues es conocedor profundo de la obra de Fromm y de los numerosos sociólogos que estudiaron los mismos temas.