Leí
en la prensa que William Clinton, probablemente el presidente de los
Estados Unidos más corrupto e inmoral de su historia lo que es
decir mucho conociendo las historias de Franklin Delano Roosevelt y
John F. Kennedy no podrá ejercer como abogado en su Estado,
cuando abandone la presidencia.
Probablemente
su futuro, dicen algunos, se encuentre en Hollywood, porque le han
descubierto ciertas dotes de actor. La historia entonces se invertirá,
porque Ronald Reagan comenzó siendo actor de cine y terminó siendo
uno de los mejores presidentes estadounidenses y Clinton, si se da
la profecía habrá comenzado siendo presidente para terminar como
actor. De todos modos el ocaso de Clinton está a la vuelta de la
esquina.
Clinton
fue el hombre que destruyó la democracia paraguaya. Gracias a sus
acuerdos financieros con Juan Carlos Wasmosy a través de Mark
Jiménez su financista filipino apoyó al corrompido y corruptor
Wasmosy y contribuyó , con Maura Harty su embajadora estrella, a
derribar al gobierno constitucional paraguayo. Las secuelas de ese
golpe han sido la persecución, la humillación, el vejamen y las
torturas a los paraguayos y el reingreso al gobierno del partido
stronista, responsable del calvario de los paraguayos por más de
treinta y cuatro años.
Maura
Harty, por orden de Peter Romero y Clinton, conspiró abiertamente
contra el gobierno constitucional y la Constitución paraguaya. Fue
parte del complot que aprovechó la muerte natural de Luis María
Argaña para convertirla en un atentado, y es responsable de los crímenes
de la Plaza del Congreso llevados a cabo por francotiradores
wasmosistas. Tal vez dentro de cincuenta años, cuando se abran los
documentos secretos de esta época, podamos los paraguayos enjuiciar
a Clinton, Maura Harty y Peter Romero y acusarlos de crímenes que
son imprescriptibles.
Los
médicos comienzan ya a hablar libremente de la muerte natural de
Argaña. Antes de ayer en Asunción, en el programa radial de Atilio
Viera, un médico del Sanatorio Americano denunció públicamente
que la autopsia del Dr. Argaña señaló con toda claridad, tenía
sangre coagulada en el corazón y los pulmones a escasos minutos del
supuesto atentado, que se había fusilado un cadáver. Hay que
recordar que el FBI no ayudó en la investigación porque
Maura Harty no dio curso a la nota de pedido que hizo el ex
presidente Cubas.
Los
negocios de Clinton eran demasiado importantes como para que se
dejara a un gobierno constitucional investigarlos. Mark Jiménez tenía
demasiado peso en el Paraguay, como para que la voluntad de los
paraguayos prevaleciera. Y todo el poder de las agencias secretas
estadounidenses se volcó a destruir a un gobierno constitucional,
como ya sucedió otras veces en la América Latina. Y todo, no en
nombre del inmoral y corrupto Clinton, sino de la democracia.
Por
eso el ocaso de Clinton será bienvenido por los paraguayos demócratas.
Cualquiera que venga después de él será diferente. Es difícil
que se pueda ser igual a este ser despreciable.
Es mi deseo que gane George Bush para que al pueblo estadounidense
no se le oculte nada referente a Clinton, y para que su destino, en
lugar de Hollywood sea la prisión del su estado.
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