El
domingo pasado, 29 de julio, se realizó en Caaguazú, distante unos
200 kilómetros de Asunción, una reunión política. No hubo mucha
gente. Un millar de personas dicen unos, apenas doscientas dicen
otros. Pero el acto conmocionó al gobierno. Es que se reunieron el
presidente del PLRA, el coordinador en el Paraguay del UNACE, el
coordinador nacional de Ahorristas Estafados y varios líderes
campesinos. Y decidieron conformar un "frente patriótico"
para provocar la renuncia de Luis Ángel González Macchi, usurpador
de la presidencia de la República.
Desde el domingo toda la "prensa amiga" como se
conoce a los periodistas que responden al wasmoargañismo apunta sus
cañones contra Miguel Abdón Saguier acusándolo de todo menos de
robar las reliquias de Santa Elena. Ocurre que si bien hubo poca
gente en el acto en sí, todas las organizaciones de base del PLRA y
del UNACE adhirieron al frente, con lo cual el gobierno usurpador se
encuentra ahora frente a un verdadero desafío.
Uno de los más enfurecidos es el Director de Ultima Hora,
hijo del Cnel. Pablo Rojas que se enriqueció fuera de toda medida
durante el gobierno del Gral. Stroessner fungiendo como Intendente
Gral. del Ejército, y que heredó de su padre, los jugosísimos
contratos amañados de flete para transporte del petróleo
monopolizado. Le molesta que el frente patriótico reivindique la
voluntad popular, principio que considera "inmoral" antiético"
y "mediocre".
Entre tanto el gobierno usurpador ha comenzado a tejer las
redes de un nuevo marzo paraguayo, denunciando la amenaza de
"franco tiradores". Se busca con toda claridad, crear un
ambiente que haga posible la utilización de estos franco tiradores,
como en marzo de 1.999, para asesinar a inocentes y culpar a quien
se quiere destruir.
El gobierno usurpador paraguayo ya es conocido en el mundo
con su verdadera naturaleza, pero el Brasil, la Argentina y los
Estados Unidos de América, cada uno por razones que solo ellos
conocen, lo defienden y lo sostienen. El Paraguay es hoy una
dictadura tutelada y defendida por tres democracias.
De cualquier manera, aunque despacio, el pueblo paraguayo se
está despertando y comienza a movilizarse contra una situación
insoportable. El frente patriótico será una realidad más
tarde o más temprano y si cristaliza una alianza entre el UNACE y
el PLRA, los días de la camarilla usurpadora estarán contados. Por
su lado, y actuando independientemente, la Iglesia Católica Apostólica
Romana, que tiene sus propios intereses en juego, realiza una política
paralela. No está en el frente patriótico pero está contra el
gobierno, que ella ayudó a organizar.
La situación paraguaya está cada día más caliente y la
gente espera ya cualquier cosa. Mientras tanto el usurpador se
divierte, juega al fútbol y firma los decretos del día sin
leerlos. Espera que sus tutores le saquen las castañas del fuego o,
en su defecto, que le den un seguro y dorado asilo.
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