La
globalización es el movimiento hacia la consideración del planeta
como una unidad geográfica y a los pueblos del mundo como una sola
nación. El concepto globalización se opone al concepto
estado-nación y significa, no solo un avance sobre el
sino el reemplazo del concepto antiguo. El estado-nación debe
desaparecer para dar paso al estado global.
Si
la geopolítica es la ciencia que concibe al Estado como un
organismo geográfico o un fenómeno en el espacio como
definió Rudolf Kjellen en 1916, o si es la doctrina del espacio
vital como la definió J. Vicens Vives, o como la ciencia que
estudia la influencia de los factores geográficos en la vida y
evolución de los Estados como sostiene Jorge E. Atencio,
indudablemente la globalización, una vez completada, hará
desaparecer la geopolítica, sin embargo, si la geopolítica es
la doctrina de las relaciones de la tierra con los desarrollos
políticos, como afirma el Instituto de Geopolítica de Munich,
como sostiene
Augusto Pinochet Ugarte que es una rama de las ciencias
políticas que, basada en los conocimientos geográficos ,históricos,
sociológicos, económicos, estratégicos y políticos, pasados y
presentes estudia en conjunto la vida y desarrollo de una masa
humana organizada en un espacio terrestre, la globalización no
destruirá el concepto original de la geopolítica sino que la
ampliará hasta abarcar la totalidad del planeta. (Las citas son del
libro Geopolítica del Cono Sur del Gral. Juan Enrique Guglialmeli)
Probablemente
será adoptada la definición del Gral. Augusto Pinochet Ugarte para
definir una ciencia que se referirá ya a la Tierra en general y no
a países en particular y en relación con otros espacios que puedan
ser habitados o habitables en un futuro previsible. La ampliación
del concepto cambiará por completo
las definiciones políticas y, desde luego, las formas de
gobierno. Un espacio tan amplio, con tan inmensa población,
requerirá de definiciones planetarias y una organización
diferente.
Lo
que desaparecerá, probablemente a mediano plazo, será el
Estado-Nación aparecido en el siglo XIX y cuna de los
nacionalismos.
Hoy
mismo la persona es considerada igual y con los mismos derechos en
todo el planeta, sin importar su raza, su religión o el lugar de su
nacimiento. Los derechos de la persona humana son universales, y su
garantía y defensa son hoy universales, no importando el lugar y
por quienes son objeto de atentados. El Estado-Nación ya no
tiene derechos sobre la persona humana, y las fronteras legales que
circunscribían su acción prácticamente ya no existen.
Un
tirano, un dictador, un torturador, un genocida, ya no tienen
refugio dentro de ningún ámbito. La tierra donde nació, ya no lo
defiende, y la ley de esa tierra, cede ante la ley universal. Con
referencia a los derechos de la persona humana, la globalización ya
no es un sueño o un deseo sino una irreversible realidad.
La
economía también está rompiendo las fronteras del Estado-Nación
caduco y carcomido. La Internet ha liquidado las absurdas
reglamentaciones y ha sobrepasado las fronteras de una manera
concreta. Solo resta, para que la globalización deje de ser un
camino para convertirse en la realidad vigente, es que los gobiernos
se vengan abajo. Con ello, el viejo nacionalismo habrá desaparecido
para siempre.
En mi opinión la globalización ampliará el concepto de geopolítica
y determinará nuevos tipos de agrupamiento humano dentro del
planeta. Tal vez habrá primero grandes movimientos continentales
antes de dar el paso final para la creación de los Pueblos del
Planeta Tierra, más libres y más ricos que nunca. Creo que la
geopolítica adquirirá su exacta dimensión cuando los
nacionalismos sean definitivamente derrotados y la persona humana
pueda recorrer- segura y libre- el planeta sin que ninguna línea
divisoria la detenga.
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