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La semana decisiva

Alberto Vargas Peña (F. Libertad) 

12 de marzo de 2001

El sábado a la noche y todo el domingo, recorrió Asunción el rumor de la renuncia inminente de Luis Ángel González Macchi, usurpador de la presidencia de la República del Paraguay. Una cosa es cierta, hoy, lunes, se anuncia la renuncia de todo el gabinete y no hay una sola persona, del entorno de González Macchi, que sea confiable para ocupar los cargos que quedarán vacantes.

         El desastre paraguayo es total, ahora agravado por las revelaciones acerca de la venta del auto mau - así se llama la ilegalidad en Paraguay por los mau mau de Kenia- que no fue vendido a la presidencia de la República originalmente sino al senador Luis Ángel González Macchi el 19 de marzo de 1999, días antes del supuesto atentado contra el Dr. Luis María Argaña y de la renuncia del Ing. Raúl Cubas Grau.

El senador González Macchi compró a sabiendas un auto mau, robado - según se sabe ahora - en la Argentina, y luego, sabiendo que era mau, ordenó, por decreto y varios meses después de estar en su poder, que lo pague el gobierno.

          ¿Sabía González Macchi el 19 de marzo de 1999, cuando no tenía ni para pagar el alquiler de una casa modesta, lo que pasaría el 23, y por eso se arriesgó a comprar un automovil que supuestamente vale ochenta mil dólares? Si es cierto, como lo es, que el auto BMW le fue entregado el 19 de marzo de 1999, ¿a que precio lo negoció? Si el sabía que era mau, no pudo comprometerse a pagar más de diez o quince mil dólares.

Pero González Macchi era presidente del Senado, y la compra de un automóvil robado era un delito muy grave. Esperó a ser presidente de la República para hacer que el gobierno comprase, pagando el precio de los legales, el automóvil mau que él compró como senador.

Esto no tiene que ver solamente con la ética.

El auto es blindado y todo su grupo, Icho Planás, Juan Carlos Galaverna y Walter Bower también compraron, en esos días previos al supuesto atentado, automóviles blindados. El único que no recibió un auto blindado, de ese equipo, fue el Dr. Luis María Argaña. ¿Curioso, verdad?

         El usurpador ha perdido, con el asunto del auto mau, toda credibilidad internacional. Por fin la gente de afuera comprende lo que está pasando en el Paraguay.

Cardoso, de la Rúa y Clinton mantuvieron el gobierno usurpador a expensas del pueblo paraguayo, pero ahora ya no está Clinton, Cardoso está desenmascarado en Brasil y de la Rúa no sabe qué hacer para sostenerse en la Argentina.

Apoyar a un presidente como González Macchi, ya no les puede dar beneficios. Entonces, al saber que Bush le está sacando la escalera, se hacen los desentendidos y silban hacia un costado. Y hasta ahora no han sacado a empujones a González Macchi porque no atinan a poner a nadie y no quieren que el pueblo paraguayo elija con libertad a sus gobernantes.

         Esta semana que comienza será, de todos modos decisiva. El PLRA, que no quiere caer más de lo que ha caído, se ha rebelado. Si bien Julio Cesar Franco y sus asesores, y el Dr. Domingo Laíno y los suyos, han querido pactar con el gobierno trastrabillante, el pueblo liberal les ha dicho no, con claridad meridiana.

El 25 de marzo la Convención liberal pedirá la renuncia de González Macchi. Entretanto, el único sector que respaldaba a González Macchi, el llamado "baderismo" por Bader Rachid Lichi, se encuentra negociando a toda velocidad con el oviedismo, para ver si se salva de la cárcel.

          ¿Renunciará hoy González Macchi? En el Paraguay no hay tradición de renunciar llegada una situación límite. Todos se aferran desesperadamente al cargo. Yo personalmente no creo que González Macchi sea una excepción

a la regla. Renunciará si alguien con sable al cinto, o los embajadores tutelantes, le dice, con cara seria, que se vaya. Mientras pueda aferrarse a la más débil esperanza de permanecer en el gobierno, aún vendiendo su alma al diablo, así lo hará.

En el Paraguay nada es como parece. Una semana decisiva se puede convertir en meses decisivos, y al final no serlo. Sin embargo, la situación económica no da para más. Y es muy probable que, después de todo, esta semana sea, por fin, la semana decisiva.

 

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