La
Cámara de Diputados, tal como se venía rumoreando, aplazó, sine
die, el juicio político al ministro de Obras Públicas Walter
Bower, acusado de torturador. Las acusaciones son irrebatibles y se
han sucedido las declaraciones de los afectados el Tte. 1ro Juan
Franco, Nelson Caballero, Arcadio Dávalos y otros.
Fueron
declaraciones públicas, hechas por la emisora 9.70 AM en el
programa Polémica al Mediodía. Tres de los torturados vinieron al
programa a exhibir sus heridas, luego de ser absueltos por los
jueces que los juzgaron por delitos que no cometieron y por los que
fueron falsamente denunciados por Walter Bower, Nelson Argaña, Luis
Alberto Mauro y Francisco José de Vargas.
Se decía hace unos días que Walter Bower estaba ofreciendo
cinco mil dólares por cada voto contra su enjuiciamiento, y que su
amigo, el diputado González Daher era quien corría con las
tratativas. A nadie sorprendió entonces que la Cámara de
Diputados, que no brilla ni por su sabiduría ni por su honestidad,
aplazase, sine díe, el planteamiento de juicio político, que
hubiera sido una primera sanción moral.
El gobierno entero se movilizó para proteger al torturador
desenmascarado. Esto quiere decir que el gobierno entero sabía lo
que estaba ocurriendo y lo aprobaba. Y con el gobierno, la Iglesia
Católica Apostólica Romana, que tiene un Obispo como general de
las Fuerzas Armadas, que fue precisamente el que entregó, para que
lo asesinaran, a "Coco" Villar.
Walter Bower ha renunciado ahora al ministerio de Obras Públicas
y volverá a la Cámara de Diputados, donde no será recibido como
un apestado. Nadie se sentirá horrorizado por su presencia, ni
pedirá que se fumigue su banca. Sonia De León, presidenta de la
Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados, no le
quietará el saludo, y todos correrán a intercambiar opiniones con
el nuevo Pastor Coronel de la política paraguaya.
Y en el entorno internacional, entorno de hipócritas, nadie
moverá un dedo para castigar a Walter Bower, como si su crimen no
hubiera existido. En ese entorno solamente se alzan voces cuando se
castiga a alguien que tiene "buena prensa". Ni argentinos,
ni brasileños, bolivianos, uruguayos o chilenos le dedicarán una
sola linea al triunfo de Walter Bower, torturador oficial del
gobierno paraguayo.
Luis Ángel González Macchi usurpa el poder en el Paraguay y
se desplaza en un automóvil robado en Buenos Aires y de la Rúa, el
gran político argentino lo condecora con el Collar de San Martín.
Así se defiende la democracia en el Cono Sur y se garantizan la
libertad y los Derechos Humanos, que habría que escribir con minúsculas.
Comentando con un amigo le expresé mi desencanto con los
supuestos demócratas americanos, y me contestó: "Que te
sorprende, a ellos les conviene un gobierno paraguayo débil, porque
los débiles son entreguistas". Lamento decir que mi
contertulio tiene razón.
González
Macchi puede hacer que sus ministros torturen porque los vecinos lo
apoyarán a muerte. El les garantiza que el Paraguay no defenderá
sus propios intereses. Walter Bower puede seguir haciendo lo que
hasta ahora, como todos los demás delincuentes con los que opera,
que tiene patente de corso, porque forma parte de un gobierno débil,
que tiene que entregarse a los vecinos para no ser derribado.
Lo cierto es que Walter Bower ha salido indemne gracias a la
vergonzosa acción de una mayoría apreciable de diputados, y que la
tortura, esa barbarie que todos dicen abominar, ha sido
institucionalizada otra vez en el Paraguay.
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