Después
de más de un mes de silencio, motivado por la misión en Pakistán
que debió cumplir el editor de Paraguay Ahora, retorno al ¿cómo
se dice? ¿aire? ¿prensa? ¿espacio cibernético?.
En el Paraguay se ha desatado una polémica interesante en la
Iglesia Católica Apostólica Romana, que por razones de comodidad
llamo ICAR. Una interna que tiene motivaciones políticas y no
religiosas, porque los católicos ya no discuten sobre el sexo de
los ángeles, la trinidad, la ascensión al cielo en cuerpo y alma y
otros importantes temas teológicos sino como recuperar el poder
perdido, y con el poder, el presupuesto.
Un grupo de obispos tercermundistas, Gavilán, Lugo, Ramírez,
Gogorza, Gimenez y Medina, aprovecharon las festividades de Caacupe,
que congregan a miles de creyentes en el santuario de la Virgen María,
para lanzar una fuerte campaña contra el gobierno Asustado, el
Nuncio Apostólico, Antonio Luccibelo, desautorizó tales críticas
y criticó a su vez a los obispos que hasta organizaron ruedas de
prensa después de cada misa, para explicar lo que habían dicho en
el sermón. Los dos principales miemnbros de a Conferencia Episcopal
de la ICAR, Jorge Livieres Banks y Pastor Cuquejo, que tambien es
general de las FFAA paraguayas, quedaron atónitos y no supieron
como explicar lo sucedido. Ellos dos, semanas antes, habían apoyado
fuertemente al gobierno tambaleante de Luis Gonzalez
Macchi, propiciando un “diálogo” que ahora se venía
estrepitosamente abajo.
¿Qué había ocurrido? La cúpula principal de la ICAR,
conservadora, está propiciando, por lo bajo, el llamado “Proyecto
Patria Querida”, manejado por el ex empresario Pedro Fadul,
perteneciente al Movimiento Schoenstad de la ICAR. Pero Fadul no es
santo de la devoción de los tercermundistas, que le enrostran su
reciente pasado como empresario financiero – era dueño de la
Financiera Parapití – y su evidente ideología conservadora
Esto es lo que se sabe de cierto. Lo demás, es especulación mía
El Proyecto Patria Querida fue lanzado gracias a una campaña de
prensa, casi como proyecto de la ICAR. Pero los obispos “rojos”
no debieron recibir la noticia con alegría, porque ellos tienen un
proyecto político diferente, impulsado por loa Coordinadora
Nacional Campesina, de orientación fidelcastrista. Entonces, creo
yo, decidieron torpedear tanto el “Proyecto Patria Querida” como
el “diálogo” mediante una acción, casi brutal, aprovehando el
enorme público concentrado en Caacupé.
El Nuncio, que evidentemente comulga más con Livieres que con
Medina, tomó cartas en el asunto, pero aparentemente demasiado
tarde. El daño ya estaba hecho, y Luccibello aparece ahora como un
“reaccionario” sin contacto con las “verdaderas raíces” de
la ICAR, capítulo paraguayo.
No sería nada extraño que en el futuro cercano vemos un
endurecimiento de la posición de los tercermundistas que termine en
una acción vaticana, del tipo de Helder Cámara o Leonardo Boff.
Pero entonces el “Proyecto Patria Querida” tendrá que ser
impuesto por los militares.
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