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Identificación "positiva"

Alberto Vargas Peña (F. Libertad) 

16 de marzo de 2001

El juez Jorge Bogarín González, que investiga el supuesto asesinato del Dr. Luis María Argaña, realizó la mañana del 14 una diligencia procesal sorprendente: después de dos años y la publicación de por lo menos mil fotografías de uno de los acusados, el Sr. Rojas, lo expuso , entre otras siete personas, a la vista del conductor de la camioneta donde viajaba el cuerpo del Dr. Argaña.

El conductor, el Sr. Barrios Rey que tuvo ya como cinco declaraciones judiciales sobre el mismo tema, cada una contradictoria con la otra, lo reconoció plenamente como el chapucero que le disparó un escopetazo a quema ropa y lo hirió levemente en la frente.

         La diligencia es nula desde el punto de vista jurídico y más nula todavía desde el punto de vista investigativo. Barrios Rey tuvo oportunidad de ver a Rojas como acusado, en todos los diarios de la República durante por lo menos seis meses. El juez Bogarín sabe perfectamente esto, pero realizó la diligencia de todos modos. ¿Que busca?

         Los grandes comprometidos con el "marzo paraguayo", entre ellos Francisco José de Vargas, senador que asistió a las sesiones de tortura perpetradas contra el Tte. 1ro Juan Franco, a quien se quiso hacer "confesar" que Lino Oviedo era el autor moral del supuesto magnicidio, que forman parte del llamado Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados, han denunciado a Bogarín por haber otorgado la libertad ambulatoria a los senadores oviedistas que estaban con prisión domiciliara por haber asistido a una concentración en favor de Lino Oviedo.

Este hecho, probablemente, ha movido a Bogarín, que sabe como se las gasta Francisco José de Vargas, a realizar la comedia de la identificación "positiva" para demostrar que sigue creyendo que el Dr. Luis María Argaña murió en el atentado del 24 de marzo y recibió un balazo en el corazón que no expulsó una sola gota de sangre.

         La identificación "positiva" no traerá, desde luego, claridad a algo que ha sido deliberadamente obscurecido. El juez Bogarín debió ordenar la exhumación del cadáver de Argaña y realizar una autopsia en forma, para explicar porque Argaña tenía rigor mortis cuando supuestamente atentaron contra él; por qué no sangró si recibió un balazo en el corazón; por que murió si las balas que lo impactaron apenas constituían heridas leves en lugares no vitales - dos en el antebrazo derecho y una en la cadera - o averiguar si las balas hicieron impacto en un cuerpo vivo o muerto.

Con esa sola diligencia Bogarín hubiera despejado todas las dudas. Pero esas diligencias no las hizo; es más, se negó terminantemente a hacerlas porque "no las consideraba pertinentes".

Bogarín sí hizo una diligencia importante: Pidió el auxilio de la Scotland Yard, a lo que el gobierno presidido por el usurpador Luis Ángel González Macchi se negó a dar curso.

Yo tengo mi creencia de que Bogarín está diciendo algo que no puede decir en forma clara. De la forma como conduce el proceso es palpable que quiere invalidarlo y provocar su revocación en caso de tener que dictar sentencias condenatorias. Bogarín no es precisamente un ignorante.

Si lo que digo es correcto, el juez Bogarín ha preparado el proceso para su anulación, y esto de la "identificación positiva" aparece entonces como un capítulo más en la cadena de "errores" que hacen nulo todo el proceso. Esto tal vez exima de responsabilidad a Bogarín en el futuro, siempre y cuando la Cámara de Apelaciones aplique correctamente la ley.

En el Paraguay las cosas ya no son seguras ni para los jueces. La dictadura de González Macchi aprieta cada vez más. Ahora, por ejemplo, ya no guardan las formas y no solamente escuchan las conversaciones privadas, sino que interfieren el teléfono. En este mundo que se precipita hacia la oscuridad, los jueces tienen que ser muy astutos para no ir ellos a parar a las mazmorras.

 

 

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