El
juez Jorge Bogarín González, que investiga el supuesto asesinato
del Dr. Luis María Argaña, realizó la mañana del 14 una
diligencia procesal sorprendente: después de dos años y la
publicación de por lo menos mil fotografías de uno de los
acusados, el Sr. Rojas, lo expuso , entre otras siete personas, a la
vista del conductor de la camioneta donde viajaba el cuerpo del Dr.
Argaña.
El
conductor, el Sr. Barrios Rey que tuvo ya como cinco declaraciones
judiciales sobre el mismo tema, cada una contradictoria con la otra,
lo reconoció plenamente como el chapucero que le disparó un
escopetazo a quema ropa y lo hirió levemente en la frente.
La diligencia es nula desde el punto de vista jurídico y más
nula todavía desde el punto de vista investigativo. Barrios Rey
tuvo oportunidad de ver a Rojas como acusado, en todos los diarios
de la República durante por lo menos seis meses. El juez Bogarín
sabe perfectamente esto, pero realizó la diligencia de todos modos.
¿Que busca?
Los grandes comprometidos con el "marzo paraguayo",
entre ellos Francisco José de Vargas, senador que asistió a las
sesiones de tortura perpetradas contra el Tte. 1ro Juan Franco, a
quien se quiso hacer "confesar" que Lino Oviedo era el
autor moral del supuesto magnicidio, que forman parte del llamado
Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados, han denunciado a Bogarín
por haber otorgado la libertad ambulatoria a los senadores
oviedistas que estaban con prisión domiciliara por haber asistido a
una concentración en favor de Lino Oviedo.
Este
hecho, probablemente, ha movido a Bogarín, que sabe como se las
gasta Francisco José de Vargas, a realizar la comedia de la
identificación "positiva" para demostrar que sigue
creyendo que el Dr. Luis María Argaña murió en el atentado del 24
de marzo y recibió un balazo en el corazón que no expulsó una
sola gota de sangre.
La identificación "positiva" no traerá, desde
luego, claridad a algo que ha sido deliberadamente obscurecido. El
juez Bogarín debió ordenar la exhumación del cadáver de Argaña
y realizar una autopsia en forma, para explicar porque Argaña tenía
rigor mortis cuando supuestamente atentaron contra él; por qué no
sangró si recibió un balazo en el corazón; por que murió si las
balas que lo impactaron apenas constituían heridas leves en lugares
no vitales - dos en el antebrazo derecho y una en la cadera - o
averiguar si las balas hicieron impacto en un cuerpo vivo o muerto.
Con
esa sola diligencia Bogarín hubiera despejado todas las dudas. Pero
esas diligencias no las hizo; es más, se negó terminantemente a
hacerlas porque "no las consideraba pertinentes".
Bogarín
sí hizo una diligencia importante: Pidió el auxilio de la Scotland
Yard, a lo que el gobierno presidido por el usurpador Luis Ángel
González Macchi se negó a dar curso.
Yo
tengo mi creencia de que Bogarín está diciendo algo que no puede
decir en forma clara. De la forma como conduce el proceso es
palpable que quiere invalidarlo y provocar su revocación en caso de
tener que dictar sentencias condenatorias. Bogarín no es
precisamente un ignorante.
Si
lo que digo es correcto, el juez Bogarín ha preparado el proceso
para su anulación, y esto de la "identificación
positiva" aparece entonces como un capítulo más en la cadena
de "errores" que hacen nulo todo el proceso. Esto tal vez
exima de responsabilidad a Bogarín en el futuro, siempre y cuando
la Cámara de Apelaciones aplique correctamente la ley.
En
el Paraguay las cosas ya no son seguras ni para los jueces. La
dictadura de González Macchi aprieta cada vez más. Ahora, por
ejemplo, ya no guardan las formas y no solamente escuchan las
conversaciones privadas, sino que interfieren el teléfono. En este
mundo que se precipita hacia la oscuridad, los jueces tienen que ser
muy astutos para no ir ellos a parar a las mazmorras.
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