El
Dr. Alvaro Arias Ayala, abogado defensor del Lic. Carlos José Pecci
en el caso del desvío de fondos de los bancos Unión y Oriental,
recibió una extraña visita. Una persona, que le dijo haber sido
vista para matarlo, le relató que en la DINAR - la oficina que se
ocupa del problema de drogas y narcóticos - se había puesto precio
a su cabeza: Cinco mil dólares americanos, unos diecisiete millones
de guaraníes. Carlos José Pecci es el ex Superintendente de
Bancos, acusado de haber autorizado el desvío de los fondos de los
bancos Unión y Oriental.
En el Paraguay de marzo ya no es nada nuevo recibir tal tipo
de amenazas, algunas de las cuales se han cumplido. Ocurre que el Dr
Arias, si defiende bien a su cliente, tendrá que ir hasta el mismo
origen del problema, y ese origen no puede ser otro, si se sigue una
lógica rigurosa, que el cargo más alto de la República. El dinero
de los bancos en liquidación no pudo haber salido del Paraguay sin
que haya habido una cadena de órdenes que lo hicieran posible.
La abyección actual ya no tiene nombre, El Paraguay ha
tocado fondo, o le falta muy poco. El usurpador ya no tiene límites
ni frenos, y su gavilla, porque de gavilla se trata, está
absolutamente dispuesta a hacer todo lo que sea necesario, incluido
el asesinato, para mantenerse en el poder. Se trata del poder o la cárcel,
y con la ayuda del Brasil y los Estados Unidos de América, piensan
quedarse en el poder.
Ahora mismo se ha puesto en marcha una conspiración para
desprenderse del usurpador y reemplazarlo por Juan Carlos Galaverna,
para, según dicen, convocar a elecciones generales. Hay otra
conspiración alentada por el Brasil y la gente de Itaipú, que
habla del actual canciller como próximo presidente elegido por el
Congreso después del 15 de agosto del 2.001. Para lograr eso es
menester que se consiga la renuncia del vicepresidente y a eso están
abocadas todas las fuerzas de la gavilla que ostenta el poder.
Dentro de este panorama no puede llamar la atención el que
se intente amedrentar o silenciar a un abogado que podría demostrar
la participación del usurpador en un delito común. Las vidas, en
el Paraguay, han dejado de tener valor, gracias al golpe de marzo de
1999, cuando la embajadora de los Estados Unidos de América -
supuesto paladín de la democracia - puso en el gobierno de la República
al Dr. Luis Ángel González Macchi.
El Banco Central del Paraguay está vacío, no hay
inversiones, la actividad económica está paralizada y cunde el
terror en el país. Los campesinos de mueren de hambre y no se
vislumbran esperanzas de ninguna clase. Los matones hablan
abiertamente de lo que recibirán por eliminar gente. Este es el
gobierno que nos impusieron los Estados Unidos de América y el
Brasil y que toda la América "democrática" recibe como
igual.
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