En
1870, cuando se habían silenciado los cañones de la llamada por
los argentinos y brasileños Guerra del Paraguay la codicia de
ambos países hizo que sus apetitos se neutralizaran. Argentina de
pronto vio que si Brasil se llevaba todos los territorios paraguayos
que pretendía, se vería enfrentada, a corto plazo, en una guerra
con el Imperio.
Decidió
entonces que el Paraguay era esencial , como estado tapón, para su
propia supervivencia. En el Brasil, que entonces no era la potencia
hegemónica de Sudamérica y que ya había sido derrotado por la
Argentina en una corta guerra, se analizó la situación y se
extrajo las mismas conclusiones. La existencia del Paraguay evitaría
una guerra entre ambas potencias en el futuro.
Hoy
Brasil es la potencia hegemónica en Sudamérica y está muy por
encima de la Argentina en población, en producción, en
recursos disponibles y militarmente hablando. Un enfrentamiento
armado entre Brasil y Argentina se resolverá, casi con certeza, a
favor del Brasil. Por estas razones el Brasil ha dejado de ser
prudente en su política con el Paraguay y se ha lanzado
abiertamente a convertirlo en una colonia de hecho como paso previo
a anexarlo como un estado más.
Un
gobierno débil como el actual, ilegítimo y usurpador, conviene a
los intereses del Brasil porque será indefectiblemente, como ya se
ha demostrado que tiende a ser, un gobierno títere.
Y Argentina comienza a darse cuenta de la verdadera situación,
después de los errores groseros cometidos por su diplomacia. Y
luego de haber hecho un acuerdo ofensivo y defensivo con Chile, con
cuya alianza puede oponerse incluso militarmente al Brasil porque el
Ejército de Chile es no solamente potente sino que es el mejor de
Sudamérica en cuanto a entrenamiento, equipamiento y espíritu de
combate, parece estar dando pasos muy claros para oponerse a la
domesticación final del gobierno paraguayo.
La
carta de Raúl Alconada Sempé, publicada primero en la 9.70 AM en
el programa Polémica al Mediodía y luego en ABC Color, permite
suponer un cambio en la política del gobierno argentino con
respecto al gobierno usurpador e ilegítimo de Luis González
Macchi. Por primera vez un alto dirigente de la UCR se pronuncia con
la severidad que le permite la diplomacia, sobre la naturaleza del
gobierno paraguayo.
El
MERCOSUR, como estaba previsto, no es la solución a los problemas
latentes entre la Argentina y el Brasil porque la diplomacia
argentina tardó en darse cuenta que el Brasil no da puntada sin
nudo, y que lo
que debió ser un ámbito de libertad económica fue rápidamente
convertido en área protegida para directo y exclusivo beneficio del
Brasil. La movida de Argentina hacia Chile y de Chile hacia
Argentina demuestra que ambos países se han percatado ya del
peligro brasileño, y que la guerra sudamericana que se atisba en el
futuro se ha comenzado a librar en el Paraguay.
Es
de esperar que lo que aparece como un horizonte lleno de negras
nubes, se disipe gracias al convencimiento de que el Paraguay debe
ser libre e independiente para servir de permanente estado-tapón
entre Brasil y la Argentina.
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