La
prensa informa esta mañana lunes 29 de mayo del 2.000 que
ha llegado a Asunción el Dr. César Gaviria, Secretario General de
la Organización de Estados Americanos, para dar su apoyo al
gobierno ilegítimo y usurpador del senador Luis González Macchi.
La OEA apoya pues un gobierno antidemocrático, que no ha sido
elegido por el pueblo y que tiene un nivel de rechazo que supera el
70% como los evidencian todas las encuestas realizadas sobre el tema
hasta la fecha.
La
ilegitimidad y usurpación surgen del artículo 234 de la Constitución,
que
establece con una claridad imposible de tergivesar, que la cuando
desaparecen los mandatarios electos por el pueblo, los demás
citados como el presidente del Senado, de la Cámara de Diputados y
de la Corte Suprema son interinos, que no pueden completar el
mandato del desaparecido o los desaparecidos.
La
Constitución no faculta a la Corte Suprema, de ningún modo, a
elegir presidente de la República ni a otorgar mandatos que
solamente puede conferir el pueblo, en comicios libres y
transparentes.
Gaviria,
así como los mandatarios del MERCOSUR y el Sr. Clinton de Estados
Unidos saben perfectamente que Luis González Macchi es, por efecto
de la Constitución paraguaya, un gobernante ilegítimo y, por
tanto, usurpador, pero han volcado su apoyo, no al pueblo paraguayo
sino curiosamente
a Luis González Macchi.
Adoptan
otra posición en el caso del Perú, país al que aislarán
prontamente, porque el presidente Fujimori ha realizado unos
comicios fraudulentos. En el Perú defienden la democracia diciendo
que ella solamente surge de comicios limpios, libres y
transparentes, pero en el Paraguay admiten y apoyan a un presidente
designado por ocho personas que no tenían la menor facultad para
designarlo.
Nadie
se pregunta en el Paraguay a qué viene Gaviria; eso se sabe.
Viene
a dar su apoyo al gobierno ilegítimo y usurpador. Lo que se
preguntan los paraguayos es por qué viene Gaviria. Por qué los
paraguayos no podemos tener elecciones para elegir mandatario y por
qué se considera que nuestra democracia es diferente a las de los
demás. En Perú la democracia se defiende defendiendo el voto, los
comicios limpios y libres; en el Paraguay se la defiende defendiendo
la designación de un presidente por una Corte Suprema que no tiene
facultades constitucionales para designarlo.
¿Qué
nos dirá Gaviria a los paraguayos? ¿Qué este es el gobierno que
hemos elegido y por tanto que merece nuestro apoyo y el de la
Organización de Estados Americanos?
Pues
no lo hemos elegido, por más que la OEA lo apoye. Gaviria podrá
engañar a un puñado de funcionarios ansiosos por permanecer en el
poder, pero los paraguayos sabemos que no está defendiendo la
democracia en el Paraguay.
La
sensación que tenemos los paraguayos es que nuestro país se ha
convertido en una colonia en la que prevalece el diktat de Estados
Unidos, al que se pliegan la OEA, el Brasil, y la Argentina. Que
somos un pueblo domeñado, al que no se le permite elegir sus
mandatarios ni tener política propia. Un pueblo al que se le habla
de democracia y se le entrega ilegitimidad y usurpación. Al que se
le habla de justicia y se lo entrega a la barbarie, la persecución,
la ilegalidad y el prevaricato. Al que se aplasta con la fuerza,
como si fuera un pueblo de delincuentes.
Y Gaviria ha venido por segunda vez a Asunción a fortalecer el régimen
ilegítimo y usurpador que nos oprime. Que no le resulte extraño si
mañana los paraguayos, cuando recuperemos nuestra libertad no
rompamos nuestros vínculos con esta organización hipócrita y
pidamos a nuestros hermanos oprimidos de América que sigan nuestro
ejemplo.
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