El
embajador del gobierno de los Estados Unidos de América, Sr. David
Greenlee, ha vuelto a intervenir en los asuntos internos paraguayos.
No es nada extraño, puesto que su antecesora fue la artífice del
golpe de estado de marzo de 1.999, y él mismo ha venido
interviniendo sistemáticamente para asegurar la continuidad de la
usurpación. La gente ya no se pregunta el por qué.
Ocurre
que la telefónica básica paraguaya es deseada por empresas
estadounidenses, pero la quieren con monopolio y todo. Hace unos
meses fue presentado al Congreso un proyecto de desmonopolización
general, al solo efecto de hacerles ver a los estadounidenses que
otro gobierno podría arruinar el negocio. Ahora el Ministerio de la
Reforma ha cumplido con su promesa de sacar las licitaciones de
ANTELCO - con monopolio incluido - y en agradecimiento el embajador
cumple su parte del pacto. González Macchi es confiable y se espera
que "cumpla con su mandato hasta el 2.003"
¿Que
mandato? González Macchi es técnicamente un usurpador, porque de
presidente interino pasó a permanente por obra y gracia de un fallo
de la Corte Suprema que nunca pudo darse. La Corte paraguaya no
tiene, ni remotamente, la facultad de otorgar mandatos. Ni siquiera
puede resolver inconstitucionalidades "erga omnes". Pero
fué una buena tapadera para quienes desean presentar una ficción
democrática para que el usurpador cumpla estrictamente las órdenes
de afuera.
La
embajada de los Estados Unidos en el Paraguay no es más que una
oficina de grandes negocios. Maura Harty defendía los intereses de
la British American Tobacco, y se oponía a todo aumento de
impuestos para sus protegidas; ahora Greenlee apoya el gobierno
porque ANTELCO será "privatizada" con monopolio.
La
usurpación se mantiene porque el chantaje es general. Los
argentinos no quieren que el Paraguay tapone el canal ilegal del
Pilcomayo; los brasileros quieren toda la energía de Itaipú casi
gratuitamente y los estadounidenses quieren los grandes negocios de
las privatizaciones con monopolio incluido. Para que todo esto
ocurra con el beneplácito del gobierno paraguayo, es menester
mantener al usurpador, no solamente hasta el 2.003 sino hasta quien
sabe cuando.
La misma "jerarquía" de la Iglesia católica tiene
un interés en mantener al usurpador: Las finanzas muy deterioradas
por la separación de la Iglesia y el Estado. Quieren que retorne el
subsidio, y para eso, apuntalan al usurpador.
Al
pueblo estadounidense le importa muy poco lo que ocurre en estas repúblicas
bananeras. Y cuando un estadounidense de pronto es escupido en
alguna calle, se muestran sorprendidos. Si analizaran el estado de
ánimo de los paraguayos , que hoy están por comer pasto gracias a
sus embajadores, sabrían el por qué.
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