Acabo
de leer una entrevista
publicada en El Mundo originalmente en el Corriere della
Sera- a Hugo Chávez, presidente de Venezuela y
firmada
por
Andrea Nicastro, donde el mandatario habla, muy poco por cierto, de
sus creencias económicas. Resulta patético confirmar que el
Perfecto Idiota Latinoamericano sigue tan campante.
Chávez
habla del neoliberalismo y lo califica como el camino más
directo al abismo. Si el neoliberalismo no es más que la política
de ajustes indispensables para resolver los problemas creados por
los nacionalismos, el socialismo, el comunismo y el populismo, y a
eso llama Chávez el camino mas directo al abismo, entonces ni
Venezuela ni los países latinoamericanos que contemplan embelesados
al peculiar coronel, tienen la menor esperanza de salvación.
La
democracia que propone Chávez es correcta: Gobierno
descentralizado, federal, controlado , limitado y sometido al
referendum. Ocurre que ese sistema es completamente incompatible con
la economía centralizada, el control de precios, el nacionalismo
excluyente a que se aferra cuando habla de economía.
La
experiencia ha demostrado en todo el mundo que no se puede progresar
intentando mantener dos sistemas incompatibles al mismo tiempo. El
colapso de Venezuela no se debió a las políticas de las
transnacionales, sino a las de los venezolanos, tanto de la
dictadura de Pérez Jiménez como la democracia corrupta que la
siguió. Carlos Andrés Pérez no era neoliberal, pero su gestión
hizo indispensable el neoliberalismo en Venezuela.
Chávez
pertenece a la raza de los líderes fraseocráticos,
verborragicos,
que
inventan frases pintorescas y luego se las creen. Líderes que
necesitan del birrete con pompom, el brazo en alto, o la boina
ladeada.
Líderes
que utilizan una fraseología llena de lugares comunes para
encandilar y que luego, puestos a sumar dos más dos, encuentran
tres o cinco.
Preguntado,
por ejemplo, si es comunista, dice que respeta al comunista porque
no son los diablos que nos hicieron creer que eran. No tiene
una crítica seria al comunismo ni una adhesión argumentada. Acto
seguido, para remarcar la nulidad de lo que dijo, se refiere a los
bombardeos de Viet Nam.
Preguntado
si es antinorteamericano, habla de los precios del petróleo y de la
deuda externa de los países pobres, como si el petróleo venezolano
fuera suyo y como si la deuda de Venezuela o los países pobres no
haya sido dilapidada por los políticos latinoamericanos.
Cuando
se le habla de su pasado golpista, en lugar de enarbolar principios
recuerda a Pinochet. Respuestas del clásico vivo
latinoamericano que cree haber descubierto la pólvora reviviendo
viejas estupideces que uno hubiera creído muertas y enterradas.
Me
atrevo a decir que la aventura de Chávez terminará mal. No sacará
a Venezuela del marasmo porque no tiene la menor idea de lo que debe
hacer. Se enfrascará en una lucha por imponer políticas que no
funcionan y
se convertirá en un opresor más de tantos.
No
pasará mucho tiempo hasta que los venezolanos se harten de su
verborragia y de su antinorteamericanismo barato, que no se basa en
lo verdaderamente malo que tiene el gobierno de los Estados Unidos
sino en prejuicios infantiles.
|